martes, 2 de enero de 2007

ENTREVISTA A DEL NIDO

¿Cómo se define como persona?
Soy una persona normal, más normal de lo que la gente cree. Muy accesible. Ambicioso, osado, prepotente, pero todos esos adjetivos, muchos de ellos descalificatorios de mi persona, me han llevado a un rotundo éxito en todos los ámbitos de la vida, con lo cual no puedo renunciar a ninguno de ellos.

¿Cree que es un hombre políticamente incorrecto?
Sin lugar a dudas. Yo no me preocupo en la vida de caer bien o mal, me preocupo de hacer las
cosas bien y de conseguir los parámetros que me piden. Yo le puedo decir que me considero idolatrado en estos momentos por la afición sevillista. Habitualmente, cuando voy con el equipo fuera, empiezo a caer mal, pero es que casi siempre ganamos y eso da mucho coraje.

¿Qué le diría al que le llama prepotente?
Que de lo sumisos y de los humildes no ha sido nada en la vida, ninguno de los éxitos. Pero mi prepotencia es una prepotencia sevillista.

Oiga, a Del Nido aficionado ¿quién le parece el mejor presidente del Sevilla que ha conocido?
Eso es igual que preguntar si el Sevilla se llama Sevilla. No hay color al conseguir lo que yo he conseguido en cuatro años y medio.

¿Y el mejor presidente de toda la historia?
No quisiera que se me comparara nunca con Don Ramón Sánchez Pizjuán, aunque consiga obtener en mi trayectoria diez títulos y él sólo tres, porque creo que son épocas distintas y don Ramón ha sido un grandísimo presidente del Sevilla. Podrá venir otro que lo supere, pero será otro grandísimo presidente y siempre que se hable del mejor también hay que hablar del que fue el mejor en los primeros 50 años, que es don Ramón.

¿Y usted qué será?
Yo seré el presidente más laureado de la historia del Sevilla sí o sí, a elegir.

¿Cree que es usted un ejemplo a seguir?
El modelo de gestión que yo, con mi gente, he implantado en el Sevilla dice que es igual a éxito. Recuérdeme quién es el primer clasificado… y quiénes son los dos que nos persiguen… y sus presupuestos y el nuestro… e imagine lo que yo haría con sus presupuestos.

Y de otros, ¿qué le gusta?
De todos se puede aprender, pero por ejemplo Laporta ha conseguido todo cogiendo un Barça que estaba en la más absoluta miseria en cuanto a títulos.

Sitúese en el 2 de octubre de 2005. En el Pizjuán se escucha “Del Nido, ratero, gástate el dinero”…
Yo he tenido siempre muy claro que a mí no me va a cambiar el criterio ni mil millones de personas. Yo tengo las ideas muy claras y lo único que pensé es que cuando llegara el éxito pasaría factura y ahora le recuerdo a esos ilusos, energúmenos, insensatos y descerebrados que me chillaron que se tienen que comer sus palabras y sus chillidos.

¿No los consideraba sevillistas?
Sevillistas incorporados al clamor del éxito y es la realidad y los respeto. Pero también deberían de respetar a quienes somos, por decisión unánime, los dirigentes de la sociedad. Y entender también que amparados en la masa no pueden dedicarse a insultar a las personas. Y me refiero al entrenador porque a mi me da exactamente igual. Yo voy a cumplir mis diez años de mandato sí o sí. A elegir también...

Se le ve dolido…
No es dolido, pero no olvido. Sé de muchos que me chillaron y los considero resultadistas. En el pecado llevan la penitencia. Los hechos han demostrado que no tenían ni idea de lo que hacían y que yo estaba acertado en la manera de funcionar y que el entrenador era el mejor del mundo.

¿Qué haría si escuchara de forma unánime y repetida “Del Nido vete ya, Del Nido vete ya”?
Me iría. Si fuera de forma unánime. Pero no porque lo digan 3,000 porque hoy somos 41000. Es evidente que una parte importante de los aficionados que se han incorporado en los últimos años son aficionados que lo único que quieren es ganar porque en las vidas personales no han conseguido nada y a través del Sevilla quieren explosionar su éxito. Yo los respeto porque pagan un carnet, los escucho nada más, pero no atiendo su criterio.

¿Cuando se vaya se irá de verdad o estará en la sombra?
Espero poder irme y quedarme fuera del pastel y espero que el presidente que venga me supere porque con ello disfrutaré mucho en la grada.

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